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sábado, 8 de octubre de 2011

PERIODOS PREELECTORALES EN ESPAÑA


Ayer me informaron de la propuesta del partido "Escaños vacíos". Un partido, que tiene como objetivo dejar escaños vacíos en señal de protesta por la actitud de los partidos políticos, y devolver el dinero que suponen esos diputados a las arcas públicas. Respeto todas las opciones democráticas y soy consciente de que, determinados hechos, por parte de aquellos que han puesto sus intereses personales por encima de los públicos, han hecho que los ciudadanos se distancien de aquellas instituciones que fueron construidas gracias a el esfuerzo y los valores de algunos grandes políticos que hemos tenido en democracia.  Aún así, no creo que la mejor actitud que consiga renovar la política, sea la de dejar escaños vacíos. Al contrario, España necesita más que nunca, políticos comprometidos y honrados, buenos profesionales que luchen por el bien común en el difícil terreno de la política. Los ciudadanos españoles, hemos visto como todos los partidos políticos han sido victimas por parte de aquellos, que estando en ella, han cometido el mayor de los pecados: La corrupción. Necesitamos tolerancia cero con respecto a estas actitudes y como decía Mario Vargas Llosa cuando se presentó a las elecciones de 1990 en Perú, la prioridad debe ser volver a moralizar el poder, que ha perdido credibilidad debido a personas que han desvirtuado el verdadero sentido de la política. 

Como me estoy leyendo el libro "El pez en el agua" quisiera mencionar la reflexión que hizo Vargas Llosa al respecto y que suscribo en su totalidad:


"Yo me había prometido acabar con ese epifenómeno del subdesarrollo peruano.
Porque sin la moralización del poder la democracia no sobreviviría en el Perú o seguiría
siendo una caricatura. Y por una razón más personal: los pillos y la pillería asociada a la
política me dan náuseas. Es una debilidad humana con la que no soy tolerante. Robar
desde el gobierno en un país pobre, donde la democracia está en pañales, siempre me ha
parecido un agravante del delito. Nada desprestigia y trabaja tanto por el desplome de la
democracia como la corrupción. Algo en mí se subleva desmedidamente frente a esa
utilización delictuosa del poder obtenido con los votos de gente ingenua y esperanzada,
para enriquecerse y enriquecer a los compinches. También por eso mi oposición a Alan
García fue tan dura: porque con él en el poder la pillería se generalizó en el Perú a
extremos de vértigo." EL PEZ EN EL AGUA

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